FELICES A LOS 50
A partir de esa edad, las hormonas provocan cambios en nuestro cuerpo y surgen las primeras dudas: ¿Es inevitable engordar con la edad?, ¿debo ir al médico sin tener molestias?, ¿la dieta influye en la testosterona? Un estilo de vida saludable y unos consejos nos pueden servir para que nuestra vida sufra lo menos posible estos cambios e incluso aprender a cuidarnos mejor.
Evitar la aparición de nuevas enfermedades a través de la prevención es la clave para estar más sanos y más felices a esta edad.
Siempre debemos estar pendientes de nuestra salud, pero aún más a partir de los cincuenta. Conocer los cambios físicos y emocionales que se producen en nuestro cuerpo con el fin de actuar a tiempo y hacernos las revisiones
Las hormonas que nos engordan
En torno a los 50 años, las mujeres comienzan con la menopausia, que se atribuye a una fuerte caída en la producción de estrógenos, la principal hormona sexual femenina y que, además de acabar con la menstruación, provoca otros síntomas, como el incremento de la grasa corporal (el 75% de las mujeres suele aumentar entre 5 y 10 kilos), sudores, palpitaciones y diversos cambios emocionales.
En los hombres la mediana edad llega también con una serie de cambios físicos: se empieza a acumular más grasa corporal, se pierde fuerza y energía, y disminuye el deseo sexual. Estos cambios, en muchos casos similares a los que sufren las mujeres en la menopausia, se han atribuido tradicionalmente a la caída en la producción de testosterona, la principal hormona sexual masculina.
Es recomendable incluir en la dieta a partir de los 50 años, los antioxidantes (el chocolate negro, elte, vino, zumos), el calcio (lácteos, mejor fermentados), la vitamina B, la fibra y el zinc, presente en las legumbres, los mariscos y las carnes.
Hay que tener también especial cuidado en la ingesta de calcio para evitar la osteoporosis, aconsejándose tomar entre 4 y 5 raciones de lácteos al día (una ración=1 vaso de leche o 2 yogures o 50 gr de queso curado o 125 gr de queso fresco).
Otras opciones de alimentos ricos en este mineral son: almendras, avellanas, semillas de sésamo, de amapola y de chía, soja, pescaditos con espina, fruta desecada, legumbres, etc.
La vitamina D que encontramos en pescados azules, la yema de huevo o en los lácteos junto con una exposición diaria a la luz solar nos ayudará a la buena asimilación de este mineral.
Además, es importante no olvidar hacer ejercicio cada semana, beber agua abundantemente, reducir la sal en las comidas y vigilar el consumo de grasas buenas que aportan muchas calorías a nuestra dieta.
Otro factor a tener en cuenta. La hipertensión arterial
La hipertensión arterial en personas mayores de 50 años es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como el infarto agudo de miocardio y el ictus, enfermedades que constituyen la primera causa de mortalidad en nuestra sociedad.
Para prevenir y controlar la presión arterial alta es importante, mantener un peso normal, hacer ejercicio todos los días, mantener una dieta sana y moderar el consumo de sal y alcohol.
Prevenir más que curar. Los chequeos a partir de los 50.
Quien no se ha preguntado alguna vez cuándo ir al médico. En los últimos años se ha producido un importante cambio en nuestra forma de vivir, porque ya no se trata solo de si estamos enfermos o no, sino de cómo podemos manejar mejor muestra salud. Se trata de prevenir la aparición de nuevas enfermedades y mantenernos en el mejor estado de forma posible.
Más que chequeos periódicos los médicos suelen recomendar revisiones concretas en función de los problemas más comunes que van afectando a las personas según la edad, el historial clínico y las herencias genéticas.
En las mujeres, es conveniente hacer una serie de exámenes partiendo de una revisión clínica normal. Con respecto al cáncer de mama, es conveniente hacerse mamografías anualmente y citologías cada dos o tres años. De cara a la prevención de la osteoporosis, densitometrías entre tres y cinco años después de la aparición de la menopausia
En el caso de los hombres, la prioridad está en la próstata y el colon, a partir de los 50 años deben hacerte una revisión anual de próstata y pensar en la conveniencia de hacerse una colonoscopia.
La toma de tensión y el análisis de sangre informarán del colesterol, triglicéridos, transaminasas, glucosa y urea.
En definitiva, muchas de estas enfermedades pueden ser detectables en fases precoces en un chequeo de salud y llegar a ser controlables, tratables y muchas veces curables.